miércoles, 11 de febrero de 2015

Interludio II

Lo prometido es deuda. Es miércoles. Y aquí estamos. Una nueva entrega. Cortita, para amenizar la tarde hasta el viernes que volveremos a vernos por estos lares 5/15.
Disfrutad lo que os dejo. En breve más...

Hace frío en la habitación del hotel. Estoy desnuda entra las sábanas. La cama aún huele al botones. Pobrecillo. Cree que se ha aprovechado de la historia de la pobre damisela en apuros que le he contado. Pobre gilipollas. Cena para dos. Langosta, caviar y una botella de champán. Creo que ha tenido que ser el polvo más caro que haya echado en su vida. Cuando se lo descuenten todo en la nómina a fin de mes, eso que decía de “nunca olvidaré esta noche” va a ser cierto.
Hombres....
ven un cuerpo bonito y unas piernas que se abren, y serían capaces de vender a su madre. Pero bueno, mejor así. Me facilita las cosas. Disfruto usándolos. Ellos creen que se aprovechan de mí, cuando la verdad es la contraria. Si Eva tentó a Adán con una puta manzana, ¿qué no se puede conseguir con un liguero de encaje y unos labios pintados de rojo?
Pero vayamos a lo que importa. Tiendo a divagar, lo siento.
Ya sabes que aún no nos conocemos, encanto. Pero pronto nos veremos las caras. Me encargaré de joderte la vida. Las razones ya las descubrirás más adelante. Las ansias de venganza me excitan hasta la locura. Mi cuerpo responde a espasmos de placer sólo con pensarlo.
Pero no. No adelantemos acontecimientos. Estoy sola. Desnuda frente a un espejo y con mi querida Polaroid modelo 95 en una mano. Voy a deleitarme con uno de mis mayores placeres: mi cuerpo. Voy a fotografiarme desnuda, masturbándome. Para cuando el tiempo pase y sea una vieja marchita de piel casi trasparente, pueda recordar estas curvas que fueron la perdición de tantos hombres. Sonrío al espejo. Una mano entre las piernas. La cámara escupe una instantánea. La veo. No está bien que lo diga yo, pero salgo preciosa. Mi cuerpo resaltando sobre las sábanas color salmón que tengo detrás. Mis ojos fijos en mí a través del papel. Una obra de arte. Aunque no creo que tenga que entrar en muchas descripciones. Pronto contemplarás este cuerpo y disfrutarás de él. No te preocupes. Tiempo al tiempo.
La instantánea cae al suelo. La primera. Aún quedan bastantes por seguir sus pasos. El champán aún está frío y la botella casi entera. Tengo toda una noche por delante de fotografías alfombrando el suelo y burbujas que despierten mi libido. Cuando el deseo sexual sea asfixiante y no me pueda satisfacerme, llamaré al servicio de habitaciones. Son muy complacientes.

No tardes. Pronto nos veremos. Y, créeme, encanto, tu suerte va a cambiar de manera radical. Quizá tanto que respirar deje de ser una necesidad vital para ti y pase a ser un recuerdo de una época pasada. Pero no te asustes. No tardes en venir a mí. Te espero.
-Continuará-

No hay comentarios:

Publicar un comentario